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Encuentro Comunista Europeo 2014: para un movimiento comunista europeo fuerte, contra las uniones imperialistas, por el derrocamiento del capitalismo

 

El 2 de octubre en Bruselas se celebró por iniciativa del KKE el Encuentro Comunista Europeo, bajo el tema: “Europa 100 años de la I Guerra Mundial: crisis, fascismo, guerra. La lucha de los partidos comunistas y obreros por la Europa del socialismo, de la paz, de la justicia social”.

 

En el encuentro tomaron parte los siguiente 32 partidos comunistas y obreros de varios países de Europa:

 

Partido Comunista Albanés, Partido de Trabajo de Bélgica, Partido de los Comunistas Búlgaros, Nuevo Partido Comunista de Bretaña, Unión de Comunistas Revolucionarios de Francia, Polo de Renacimiento Comunista de Francia, Partido Comunista Alemán, Partido Comunista Unificado de Georgia, Partido Comunista de Dinamarca, Partido Comunista de Grecia, Partido de los Trabajadores de Irlanda, Partido Comunista de los Pueblos de España, Partido Comunista de Italia, Nuevo Partido Comunista de Holanda, Partido Progresista del Pueblo Trabajador (AKEL-Chipre), Partido Socialista de Letonia, Partido Popular Socialista de Lituania, Partido Comunista de Luxemburgo, Partido Comunista de Noruega, Partido Obrero de Hungría, Unión de los Comunistas de Ucrania, Partido Comunista de Polonia, Partido Comunista Portugués, Partido Comunista de Rumania, Partido Comunista de la Federación Rusa, Partido Comunista Obrero de Rusia, Partido Comunista de la Unión Soviética, Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia, Partido Comunista de Suecia, Partido Comunista de Bohemia y Moravia, Partido Comunista de Turquía.

 

En el encuentro, Dimitris Koutsoumpas, el Secretario General del CC del KKE, pronunció el discurso introductorio y a continuación se intercambiaron opiniones y experiencias de los Partidos Comunistas sobre los acontecimientos y sus actividades.

 

A continuación está el discurso introductorio de D. Koutsoumpas y en los próximos días se dará además a la publicidad la traducción del cierre de los trabajos.

 

Dimitris Koutsoumpas: Es necesaria la coordinación de actividad de los comunistas con línea de derrocamiento contra la OTAN y la UE

 

 

Discurso introductorio del Secretario General del CC del KKE, Dimitris Koutsoumpas, en el Encuentro Comunista Europeo, 2 de octubre de 2014

 

Estimados camaradas;

Una vez más nos reunimos aquí en el Parlamento Europeo, en el Encuentro Comunista Europeo. Les damos la bienvenida a todos.

La participación de más de 30 delegaciones de partidos comunistas y obreros de decenas de países de Europa demuestra que este encuentro, que se celebra por iniciativa del KKE, responde a la necesidad importante de los comunistas de Europa de reunirse, discutir y posicionarse con respecto a los acontecimientos actuales y además coordinar su actividad contra las organizaciones imperialistas, que provocan solamente el sufrimiento de los pueblos de nuestros países, y en general coordinar su actividad contra la barbarie capitalista.

El KKE seguirá utilizando todos los medios disponibles para contribuir a este esfuerzo. De hecho, estamos hoy aquí gracias a que nuestro partido utiliza las oportunidades disponibles para su grupo en el parlamento europeo.

En realidad, se refutan todos los que, en Grecia y en el extranjero, insinuaron que la retirada necesaria del KKE del grupo europeo de GUE/NGL –tras los acontecimientos negativos y las intervenciones escaladas del Partido de la Izquierda Europea (PIE)- supuestamente llevaría a la reducción o incluso a la desaparición de estas posibilidades para nuestro partido.

Podemos asegurarles que en base a la experiencia de estos meses, ha ocurrido lo contrario. Se ha reforzado nuestra intervención independiente, nuestra presencia y lucha en todos los procesos dentro y fuera del parlamento europeo.

 

Estimados camaradas;

El tema de este encuentro refleja en primer lugar lo que están experimentando, de una u otra manera, los pueblos de Europa: la crisis económica capitalista, el resurgimiento de tendencias nacionalistas, racistas y fascistas, la guerra y las intervenciones imperialistas.

Cien años después de la I Guerra Mundial y unos 70 años después del fin de la II Guerra Mundial, Europa está experimentando las consecuencias de la sed insaciable de los monopolios de ganancias, se enfrenta de nuevo a las leyes de la vía de desarrollo capitalista, tales como la crisis económica y sus consecuencias trágicas para los trabajadores y las demás capas populares. Europa y sus pueblos se enfrentan a la guerra.

Por supuesto, las manifestaciones de los fenómenos difieren de un país a otro. Así, si en nuestro país grandes sectores de trabajadores experimentan el desempleo, el deterioro significativo de su nivel de vida, en Ucrania ya se lleva a cabo un derramamiento de sangre. Las diferentes manifestaciones de las consecuencias del capitalismo de un país a otro están relacionadas con el desarrollo capitalista desigual; sin embargo, en toda Europa, en sus cuatro esquinas, el que se beneficia es un puñado de capitalistas. Con o sin memorándum se está implementando la agenda antipopular, se están agudizando los problemas obreros y sociales. No se trata simplemente de una división entre los “países ricos” y los “países pobres” de Europa (a expensas de los últimos), sino una división impregnada por la profunda división clasista: incluso en los países más pobres de Europa hay riqueza acumulada en manos de unos pocos que de hecho llevan una vida particularmente provocadora en comparación con el resto de la población. Al igual, en los países más ricos hay grande pobreza. Los trabajadores independientemente de si viven en los “países pobres” o en los “países ricos” tienen intereses comunes en el derrocamiento del capital, aún más ya que el capitalismo hoy amenaza a los pueblos con nuevos derramamientos de sangre en Europa también.

Al estudiar la experiencia histórica, aprendemos que las crisis económicas, como la crisis de 1929-1933, conducen a la guerra. En cada crisis se intensifica la agresividad del capital y se destruyen enormes fuerzas productivas.

Nuestro partido evalúa que incluso si la economía entra en una fase de recuperación limitada, esta situación puede ser afectada por el impacto de los acontecimientos en la región, el deterioro del curso económico en la zona euro.

La economía alemana estuvo en recesión en el segundo trimestre de 2014, mientras que en Italia y Francia se intensifican las preocupaciones. Las leyes objetivas del capitalismo son implacables. Las dificultades del sistema han provocado intensas contradicciones en cuanto a la fórmula de gestión económica, han llevado a la transformación del sistema político para que los capitalistas aseguren la solución gubernamental más eficaz para el fortalecimiento de los monopolios, su rentabilidad en las nuevas condiciones, para la continuación del ataque antipopular.

Las contradicciones entre los centros imperialistas se están agudizando. Este hecho está relacionado con los acontecimientos en Ucrania, con la guerra de sanciones económicas entre la UE y Rusia, así como con los acontecimientos en el Oriente Medio y en África del Norte. Se intensifica el enfrentamiento entre los grupos monopolistas fuertes, los estados capitalistas, las clases burguesas para las cuotas de mercado, el control de los recursos naturales, los tubos de gas natural y petróleo, así como para el control de las rutas de transporte de mercancías. Se trata ya de un antagonismo interimperialista implacable que al paso del tiempo, se hace más feroz. Una tarea principal para nuestro movimiento es entender que debido a la correlación de fuerzas negativa ha cambiado plenamente toda la red de relaciones internacionales, el derecho internacional tal como fue establecido tras la II Guerra Mundial.

En los últimos veinte años hemos experimentado los primeros indicios de esto con una larga serie de guerras e intervenciones militares de la OTAN, de EE.UU., de la UE en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria, República Centroafricana y ahora en Ucrania. Es decir, en todos los lugares donde se cuestionan los intereses de los monopolios estadounidenses y europeos, allí donde entran en conflicto con los intereses antagónicos de los grupos empresariales rusos, chinos y de las demás economías capitalistas en desarrollo.

Es una confrontación que implica la utilización de todos los medios disponibles, como por ejemplo medidas diplomáticas, económicas y militares, incluso la posibilidad de utilizar armas nucleares. Esto se ve confirmado por la decisión de la OTAN de formar fuerzas de intervención rápida, así como su intención de instalar en Europa el llamado “escudo antimisiles”, para adquirir una “ventaja nuclear” en relación con el “primer golpe” contra Rusia.

Quisiéramos destacar algunas cosas sobre los acontecimientos en Ucrania. El KKE desde el primer momento señaló que esta confrontación sangrienta se manifestó con tanta intensidad después de la intervención de EE.UU. y de la UE en los acontecimientos en Ucrania, potencias que están en antagonismo feroz con Rusia sobre el control de los mercados, de las materias primas y de las redes de transporte del país. Por supuesto, la confrontación se llevó a cabo en el terreno de la vía de desarrollo capitalista que sigue el país, tras la disolución de la URSS. En cualquier caso, el derrocamiento del gobierno de Yanukovich no constituía un “desarrollo democrático” ya que en el gobierno surgieron fuerzas conservadoras reaccionarias hasta incluso fascistas, utilizadas por la UE y EE.UU. para promover sus planes geopolíticos en la región de Eurasia.

El KKE considera que la solución verdadera para el pueblo ucraniano no es ni el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea imperialista actual ni a la Rusia capitalista actual. El intento de dividir el pueblo ucraniano en base étnica, lingüística y llevarlo a una masacre aún mayor con consecuencias trágicas incalculables tanto para el pueblo como para su país, para elegir entre una u otra unión capitalista interestatal, es totalmente ajeno a los intereses de los trabajadores.

Consideramos que el pueblo trabajador de Ucrania debe organizar su lucha independiente, teniendo como criterio sus intereses y no quién imperialista elige uno u otro sector de la plutocracia ucraniana. Debe trazar su camino para la ruptura total y el derrocamiento, por el socialismo que es la única alternativa a los impasses de la vía de desarrollo capitalista, a las crisis y a las guerras. Más aún cuando el pueblo de Ucrania ha experimentado qué significa socialismo, internacionalismo, derechos para la clase obrera en base a sus necesidades verdaderas. En gran medida, añora las grandes conquistas sociales para la clase obrera y los demás sectores populares.

El KKE, durante todo este período, siguió la única política que consideramos que corresponde a nuestro carácter como partido comunista. Desde el primer momento nuestro partido pidió que Grecia no tuviera ninguna participación, ninguna implicación en los planes imperialistas de la OTAN, de EE.UU. y de la UE en Ucrania, comoquiera que se expresen estos planes, ya sea con sanciones contra Rusia o con expediciones militares en el futuro. Esto lo hicimos con iniciativas en el movimiento obrero, en el parlamento nacional y europeo, con reuniones con el Presidente de la República Helénica. No dejamos de subrayar que la crisis capitalista y las guerras imperialistas van mano a mano y que nuestro pueblo no tiene ningún interés de la participación de Grecia en estos planes.

 

Estimados camaradas;

En estas condiciones, de crisis económica y de contradicciones agudizadas y de preparación de guerras, vemos que el capitalismo saca de nuevo de los archivos de la historia y revive en la vida política de muchos países a fuerzas fascistas. Por supuesto el terreno se preparó hace muchos años. Ya que hablamos de nuestro continente, la propia UE hizo todo lo que fue posible para apagar la llama de la historia verdadera que fue escrita con la sangre de los pueblos. Hace todo lo que es posible para distorsionar la historia, para justificar directa o indirectamente la brutalidad fascista. Incluso llegó a declarar el día 9 de mayo, el Día de la Victoria Antifascista de los Pueblos, como “día de Europa”, tratando de eliminar de la memoria de los pueblos de Europa el carácter antifascista-antiimperialista de este aniversario. En esta campaña ideológica-política sucia y calumniosa ni siquiera dudan en equiparar el fascismo con el comunismo, con la directriz y el marco de la UE y la teoría infundada de los “dos extremos”.

Al mismo tiempo, la UE, igual que EE.UU., no tienen ninguna duda en apoyarse y apoyar a las fuerzas más reaccionarias y oscuras que surgieron al gobierno de Ucrania, a la dirección del estado de Ucrania, a través de un golpe de estado, como había ocurrido anteriormente a muchos países bálticos, para la promoción de sus intereses geopolíticos en la región de Eurasia. Durante los últimos 25 años, después del derrocamiento del socialismo y la disolución de la URSS, se lleva a cabo un “lavado de cerebro” ideológico anticomunista sistemático en estos países que presenta como “liberadores” del país por el bolchevismo a las “legiones SS” y a otros grupos armados pro-fascistas.

Sin embargo, por mucho rencor que tengan, por mucha tinta que gasten, la realidad objetiva no se puede alterar. Casi 70 años tras el fin de la II Guerra Mundial, millones de personas en todo el mundo aprecian la contribución del movimiento comunista con sacrificios sin precedentes para la derrota del fascismo.

La fuerza principal de esta lucha titánica, el alma y el dirigente fueron los partidos comunistas, encabezados por el partido de los bolcheviques. Millones de comunistas, hombres y mujeres sacrificaron su vida para un mundo mejor.

El sistema capitalista, los antagonismos que inevitablemente se manifiestan entre los imperialistas y los monopolios están grabados en la conciencia de los pueblos, profundamente estigmatizados como responsables de las dos guerras mundiales. Para los millones de muertos, discapacitados, desplazados de sus hogares. No han dudado en cometer cualquier crimen si esto sirve sus ganancias, su dominio y el poder capitalista. Esta realidad sigue siendo aún más vigente hoy día dado que los antagonismos y los conflictos entre sí se están agudizando.

El monstruo fascista, tanto hoy como en el pasado, es una creación del sistema capitalista, nace en sus entrañas, no es algo fuera de esto, como pretenden presentarlo. El fascismo es la expresión extrema del capital que se utiliza como la “punta de lanza” del poder capitalista contra el movimiento obrero.

Utiliza las condiciones de la democracia parlamentaria burguesa para fortalecerse, contando con el apoyo del capital o de sectores de ello, así como del aparato estatal. Su objetivo es aplicar una forma dura de ejercicio del poder de los monopolios tal como hicieron en el pasado los partidos nacional-socialistas de Hitler y Mussolini, para subyugar al movimiento obrero y popular. Esto ha sido y sigue siendo su característica principal y de esto surge el odio anticomunista declarado de todas las fuerzas fascistas a lo largo del tiempo.

El fortalecimiento de los fascistas en Ucrania, en Grecia, en Francia y en otros países de Europa está vinculado con el desmentido de las expectativas falsas que habían fomentado tanto la socialdemocracia como los partidos burgueses liberales, todo tipo de gobiernos burgueses, que prometían ajustes favorables al pueblo y en la práctica han aplicado una política antipopular dura, sirviendo a los monopolios. Entonces la frustración de sectores populares destrozados, de trabajadores autónomos, de campesinos, de desempleados, de sectores de la clase obrera sin experiencia, sobre todo jóvenes, puede llevarse incluso a una dirección más reaccionaria. Esto lo ha demostrado tanto la historia como los acontecimientos actuales. Las consignas, las promesas de cambios a favor del pueblo que son refutadas en la práctica por las diferentes formas de gestión de los intereses del capital, de la barbarie capitalista, de la estrategia de la UE, llevan al retroceso de la conciencia del pueblo. El fascismo, igual que hace 80 años, puede ser la opción de las clases burguesas no sólo como fuerza de ataque e intimidación contra el movimiento popular, sino además como fuerza de gestión del poder burgués.

Los comunistas luchamos para erradicar las causas que generan las crisis, la guerra, el fascismo, es decir el propio sistema capitalista. Consideramos que esta dirección, la lucha por el cambio revolucionario, por el socialismo, no sólo nos da fuerza para la confrontación diaria con el capital, para luchar por objetivos y demandas que corresponden a las necesidades populares, pero además para orientar nuestra política de alianzas. Los comunistas en Grecia luchamos en esta dirección, tratando de unir a todos aquellos, la mayoría, es decir la clase obrera, los sectores populares urbanos y rurales en la lucha contra los monopolios, contra el capitalismo.

 

Estimados camaradas;

Es de gran importancia la postura del movimiento comunista y obrero. No debe caer en las “trampas” montadas, entre otros, por las fuerzas “izquierdas”, es decir oportunistas-socialdemócratas como es SYRIZA en Grecia y el PIE en Europa que llaman a los sectores obreros y populares a luchar “bajo banderas ajenas”. Posiciones como por ejemplo la formación de un “frente del sur” de Europa o de la supuesta “democratización de la UE”, del “cambio del papel del BCE” etc. “enturbian las aguas”. Estas posiciones siembran ilusiones de que es posible una “formula de gestión racional” mejor, que corregirá la UE y librará al capitalismo de su barbarie actual.

Además, quisiéramos destacar lo siguiente: igual que el capitalismo, el sistema imperialista internacional, no se puede deshacer de sus rasgos inherentes y “humanizarse” supuestamente con un modo de gestión de “izquierdas”, sus alianzas capitalistas interestatales, las organizaciones imperialistas como la UE tampoco pueden “humanizarse”. De hecho, en las condiciones actuales se van a empeorar; no hay manera de que se mejoren. El único camino para los pueblos es la lucha por su derrocamiento, por la construcción de la nueva sociedad socialista, con la clase obrera, el pueblo en el poder.

La UE y la OTAN son “herramientas” de los monopolios europeos y estadounidenses. La UE no está bajo la “tutela” de EE.UU. y de la OTAN. La UE no se arrastra detrás de EE.UU. y la OTAN, como sostienen las fuerzas oportunistas sino que cooperan estrechamente y esto es evidente en muchos casos. Por supuesto, existen intereses distintos que chocan con uno u otro modo de tratar conjuntamente un tema. Sin embargo, las potencias imperialistas de la UE y de la OTAN están llamadas cada vez a salvar las distancias entre sus intereses separados y lograr una coordinación común entre la UE, la OTAN y EE.UU., fortalecer aún más la alianza depredadora de la OTAN y sus infraestructuras en Europa, en cooperación, buscando lograr ventajas y dialogar con la Rusia capitalista actual de una posición de fuerza. En este marco y en el nombre de la supuesta “seguridad europea” están integrados los planes de aumento de los fondos militares, el llamado “escudo antimisiles”, el aumento de los llamados “cuerpos militares flexibles”, la mayor participación de Ucrania en los planes de la OTAN etc., tal como fue decidido en la reciente cumbre de la OTAN en Gales.

La Europa del socialismo, de la paz y de la justicia social por la que luchamos, requiere objetivamente el fortalecimiento de la lucha obrera y popular a nivel nacional. Porque el fortalecimiento de la lucha a nivel nacional es un requisito previo para que se fortalezca la lucha a nivel regional y europeo, para que cambie la correlación de fuerzas con el fin de romper “el eslabón de la cadena” del poder de los monopolios y los grilletes imperialistas de la UE y de la OTAN, a través de la retirada de estas, lo cual en las condiciones actuales sólo puede ser garantizado por el poder obrero y popular.

Este asunto ha sido planteado en nuestro país dado que la oposición principal, SYRIZA, por un lado compromete lealtad a estas uniones y por otro lado promete que cuando esté en el gobierno reparará la UE, o declara que la retirada de la OTAN no es su prioridad, o incluso algunos de sus cuadros hablan en general de la necesidad de que la OTAN “se disuelva”. Pero la línea revolucionaria que corresponde a los intereses de cada pueblo y de todos los pueblos es una: luchar consecuentemente en los países miembros de la OTAN para retirarse de esta, organizar la lucha contra la integración en los países donde las burguesías se están preparando a entrar en la alianza depredadora. No hay un tercer camino.

Es bien sabida la táctica de las fuerzas oportunistas y socialdemócratas como es SYRIZA y otras que se agrupan básicamente en el PIE, y que desde hace años “llevan agua al molino” de la OTAN, apoyando los pretextos y las intervenciones imperialistas como por ejemplo en Yugoslavia, Libia o Siria y al mismo tiempo tratan de engañar a los trabajadores, hablando en términos generales y de modo pacifista a favor de la disolución de la OTAN. Es hipócrita porque una tal demanda puede ser promovida por un movimiento, un partido que su país no está en la OTAN, o que aún no ha pensado adherirse a esta. Pero cuando un país es miembro en esta banda de asesinos, no se puede actuar con indiferencia y decir que “debería disolverse”. Primero, hay que luchar para desenredar su país de los planes asesinos y de esta organización criminal, que es el “brazo largo” y armado de los monopolios europeos y estadounidenses.

 

Estimados camaradas;

Hace cien años había ciertos analistas de los acontecimientos internacionales que estimaban que las contradicciones, el conflicto entre las grandes potencias de entonces se limitarían en ciertos focos, en guerras locales y en enfrentamientos. Eso es porque consideraban que los intereses de la cooperación de los círculos económicos de los grandes países eran tan grandes que funcionarían para prevenir una Guerra Mundial.

Como sabemos hoy, estas evaluaciones han sido refutadas por la realidad y de hecho millones de personas lo pagaron con su vida. El capitalismo, las contradicciones interimperialistas ya han provocado dos Guerras Mundiales, causando enormes destrucciones. Hoy el “fusible” de la guerra se ha encendido. No son pocos los que dicen que un conflicto generalizado es “ilógico” ya que los beneficios de esta cooperación entre las grandes potencias, como por ejemplo entre Alemania y Rusia, son enormes, así que no sería lógico llevarnos a un conflicto generalizado. Nosotros no compartimos estas voces calmantes.

Por supuesto, estudiamos los desarrollos, las diferenciaciones, los intereses separados y las cooperaciones que desarrollan las burguesías pero no olvidamos que la crisis capitalista “revuelve la baraja” dentro del sistema imperialista, donde participan todos los países capitalistas en base a su fuerza económica, política y militar. Las contradicciones interimperialistas que, en el pasado, dieron lugar a decenas de guerras locales, regionales y dos guerras mundiales, siguen conduciendo a duras confrontaciones económicas, políticas y militares, independientemente de la composición o recomposición, los cambios en la estructura y en el marco de objetivos de las uniones imperialistas internacionales, la llamada nueva “arquitectura”.

Sin embargo, “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, sobre todo en condiciones de profunda crisis de sobreacumulación y de cambios importantes en la correlación de fuerzas en el sistema imperialista internacional, donde la redistribución de los mercados rara vez ocurre sin derramamiento de sangre.

Esta constatación de que mientras exista el capitalismo, habrá también las condiciones que generan la guerra, plantea tareas complejas para nosotros. Por ello nos dirigimos a la clase obrera del país, a los pueblos de Europa y destacamos que sus intereses se identifican con la lucha anticapitalista-antimonopolista común por la desvinculación de las organizaciones imperialistas, el desmantelamiento de las bases militares extranjeras y de las armas nucleares, el regreso de las fuerzas militares de misiones imperialistas, la manifestación de solidaridad con todos los pueblos que luchan y tratan de trazar su propio camino de desarrollo. Para que se desenrede nuestro país de los planes y las guerras imperialistas. Para que se convierta en realidad la consigna: “¡Ni terreno, ni mar a los asesinos de los pueblos!” Esta es una lucha diaria. Una lucha con objetivos concretos, que los comunistas en Grecia la llevamos a cabo de forma unificada con la lucha por el poder popular, y no separada de ella.

La utilización de la experiencia histórica valiosa de cada movimiento, de cada partido en su país y a nivel internacional es una herramienta significativa. Pero al mismo tiempo no es posible limitarnos a nuestra valiosa experiencia del pasado. El deseo de la burguesía de cada país de tomar parte activamente en la distribución de los mercados a través de una guerra se vinculará aun más con una campaña nacionalista engañosa en cada país; la burguesía de cada país tratará convencer a su pueblo con varios pretextos de que tiene interés material en entrar en otra guerra expansionista, en intentar anexar territorios o aceptar nuevos compromisos y dependencias. Sin embargo, en todo caso, cualquiera forma que tome la participación de cada país en particular en la guerra imperialista, en la intervención imperialista, nuestro movimiento comunista, los partidos comunistas deben liderar la organización independiente de la resistencia obrera y popular y vincular esta lucha con la derrota definitiva de su burguesía, local y extranjera como invasor. Y esto se puede convertir en realidad si el Partido Comunista toma la iniciativa de formar el Frente Obrero y Popular bajo la consigna: El pueblo dará la libertad y el camino de salida de la barbarie capitalista que mientras prevalece trae la guerra y la “paz” imperialista con la pistola en la cabeza del pueblo.

La contribución del socialismo en Europa después del derrocamiento que tuvo lugar hace casi 25 años sigue siendo inquebrantable. Solamente el socialismo puede sentar las bases económicas y sociales que por un lado van a satisfacer las necesidades contemporáneas de los trabajadores y de las demás capas populares, y al mismo tiempo garantizar la paz.

Los partidos comunistas y obreros de Europa deben intensificar sus esfuerzos, su actividad, su coordinación y contribuir con una línea de derrocamiento a fortalecer el frente europeo contra la OTAN y la UE. Para un futuro de esperanza para los pueblos y los jóvenes de nuestros países.